La Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) como Sección española de la International Association of Women Judges (IAWJ) pretende “contribuir al desarrollo y difusión de la Justicia y de la Igualdad, a través de la concienciación y sensibilización de la ciudadanía en general y de las juezas y de los jueces en particular sobre la necesidad impostergable de la defensa de los Derechos Humanos” (art. 2 Estatutos AMJE).
Nuestra actividad se centra en los derechos de las mujeres y de las/os menores, con el objetivo de ayudar a mejorar su nivel de vida, promocionar y defender sus derechos ante la constatación de una generalizada desigualdad por razón de género, así como la existencia de violencia frente a las mujeres y las niñas, sin descuidar otras formas de exclusión no sólo relacionadas con el género, sino también con la raza, la condición sexual, o cualquier otra diversidad que impida la realización efectiva de la igualdad.
Quienes la integramos partimos del convencimiento de que las juezas y los jueces, como juezas y jueces, estamos en una posición única de influencia en la sociedad y, precisamente por ello, debemos ser catalizadores de su transformación a través del activismo social, pero también a través de la promoción de una JUSTICIA con mayúsculas , más cercana a la realidad social y especialmente dedicada a la erradicación de la discriminación; más humana y racional, y libre de estereotipos y ataduras que merman los Derechos de las Víctimas.
Sabemos que no estamos solas en el camino. Formamos parte del movimiento feminista y hoy, junto con otros colectivos asistentes, aunamos fuerzas con la Plataforma 7N para visibilizar y denunciar que todas, absolutamente TODAS, las violencias que se ejercen sobre las mujeres son expresión de la desigualdad y son violencia machista.
Desde la AMJE rechazamos cualquier actuación individual o colectiva, privada o de los poderes públicos, incluido el judicial, que siga -por acción o por omisión- olvidando a las mujeres y relegándolas a ciudadanas de segunda al servicio de los hombres. No queremos permitir y no debemos permitir que la mitad de la población siga siendo humillada, vejada, coaccionada, violada o asesinada sin una respuesta contundente y eficaz que asuma plenamente que la violencia de género es la que se ejerce contra las mujeres por el mero hecho de serlo, con independencia de si existe una relación social o familiar con sus agresores.
Queremos mostrar especial atención a nuestras/os niñas/os y jóvenes, nuestro bien más preciado, y el futuro de la democracia, como pilar básico para la prevención de la violencia de género. Para ellas y ellos debemos trabajar en el presente. Debemos asumir esta responsabilidad, dándoles una educación igualitaria que los libere de los estereotipos impuestos y que les permita crecer libres y en paz; y que les permita la realización de su propio proyecto vital, sin imposiciones y en plenitud de sus Derechos Humanos. Especialmente importante es la protección judicial que se les debe dar en los casos en que las/os menores crecen en entornos violentos y sienten o sufren directamente la violencia. En estos casos, es necesario huir de respuestas rígidas y generalizadas y primar aquellas soluciones que respondan exclusivamente a la protección de su interés y al sentido común.
Reclamamos asimismo una formación obligatoria en materia de género de todos los implicados en la persecución de los llamados “delitos de género”, con especial incidencia en la violencia familiar y machista y los delitos contra la libertad sexual. En concreto, los destinatarios de esta formación transversal deben ser todas las instituciones, equipos y personas participantes en la persecución del delito y obligatoriamente para abogadas/os, funcionarias/os, equipos psicosociales, letradas/os de la Administración de Justicia, Fiscalas/es y Juezas/ces para evitar la “revictimización institucional”.
La violencia que se ejerce sobre las mujeres por el mero hecho de serlo, es una cuestión de Estado y debe ser, como tal, objeto sin dilación de un Pacto de Estado porque compromete a la mitad de la población y la enfrenta a la otra mitad. Todos juntos, mujeres y hombres, debemos cambiar el estado de las cosas. Se pueden cambiar. Debemos cambiarlas. Vamos a cambiarlas. Todos unidos por una sociedad igualitaria en la que sólo se nos identifique como PERSONAS, sin estereotipos estériles que tanto daño nos hacen.
¡Nos queremos libres y vivas!
Barcelona, 7 de noviembre de 2016
Asociación de Mujeres Juezas de España