El Consejo General del Poder Judicial deberá nombrar en pocos días a un nuevo magistrado (o magistrada) para la Sala Civil del Tribunal Supremo. Su cobertura se realizará por la vía del denominado «quinto turno», que es un sistema de acceso a la Carrera Judicial de entre «abogados y otros juristas, de prestigio y reconocida experiencia, que hayan desempeñado su actividad profesional por tiempo superior a quince años».
La anomalía democrática es que en la Sala Civil del Tribunal Supremo sólo habitan hombres, una verdadera devaluación de la Ley de Igualdad en las entrañas de la Justicia.