Sucedió esta misma semana.
Pasó desapercibido en este lado del mundo, entre amenazas nucleares y de suministro energético.
El líder supremo Talibán anunció con la prepotencia que da el poder de las armas, la derogación de toda la legislación civil afgana que será sustituida por un nuevo sistema jurídico-religioso basado en la Sharia islámica pura. Con este movimiento, la opresión radical pretende ahogar, aún más a una población, herida de muerte.
Los talibanes derogarán todos los códigos y leyes democráticas y suspenderán los Tratados y Convenciones internacionales en los que Afganistán era parte.
Las víctimas más inmediatas de este giro político volverán a ser las mujeres y las niñas, acostumbradas a ser la diana de la más perversa represión radical, desde que manda el talibán.
El nuevo sistema basado en la Sharia acabará despojándolas de los famélicos derechos humanos que todavía conservan.
Se institucionalizará la represión de las mujeres y no habrá vuelta atrás. Se consolidará para ellas la prohibición de estudiar, trabajar, viajar, vestir sin parecer fantasmas o participar en actividades sociales de cualquier tipo.
Y las juezas afganas se verán directamente afectadas por esta peligrosa decisión. Ellas son el anatema de la ideología talibán y su persecución, tortura y encarcelamiento, una buena forma de aleccionar y controlar a las mujeres afganas.
Desde la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) , condenamos esta decisión de los talibanes y pedimos a la Comunidad Internacional y las Organizaciones Internacionales que reaccionen ante este cruel retroceso de derechos que se cebará mayoritariamente en las mujeres y niñas afganas.
Las consecuencias de esta decisión transcienden fronteras y la tolerancia internacional nos hace cómplices. No miremos a otro lado
#TodasSomosAfganas