El título La vida cuando era frágil invita a pensar la adolescencia en su salto hacia la adultez, en su desafío a las normas de mundos heredados, en su exploración de la sexualidad, y, acompañando a todo, en sus riesgos.
Redes sociales, posible impunidad de la conducta de menores previamente desatendidos y la observación del daño por unos y otros, pero sin tomar partido.
Lo peor, un profesor que debió acompañar para evitar el mal último de dos chicas devastadas, y que se eligió, inmoralmente, a sí mismo.
Lo mejor: el emocionado golpe al alma que proporciona un libro imposible de dejar desde la primera línea.
Una lectura obligada para el profesorado.