Cuatro de cuatro
En pleno proceso de renovación del Tribunal Constitucional, la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) apela al Gobierno y al CGPJ ante la necesidad de acabar con la infrarrepresentación femenina en dicho órgano, que en este momento supone un cuarto del total de los miembros.
La Constitución es la norma fundamental del Estado y el Tribunal Constitucional es el órgano encargado de su interpretación última en caso de conflicto, por encima de cada uno de los tribunales y administraciones del Estado, por lo que ha de tener una composición equilibrada que refleje el pluralismo real de la sociedad. Eso explica que los órganos encargados de la designación de sus miembros, Congreso, Senado, Gobierno y CGPJ, procuren, de ordinario, tomar en consideración, dentro de una bolsa de candidatos que reúnan las condiciones de excelencia que se exigen para su labor, la orientación política o ideológica, la procedencia profesional y la territorial, pues a mayor pluralidad, mayor amplitud de perspectiva.
Dentro de esa pluralidad que merece estar reflejada en la composición del Tribunal Constitucional debe también ponderarse el género. Poderosas razones militan poner fin al marcado desequilibrio entre magistrados varones y mujeres. Una de ellas, es la de promover y visualizar la igualdad entre hombres y mujeres también en este órgano constitucional. Pero más importante aún, se trata de una exigencia a favor de la calidad de la justicia constitucional, que debe contar también con la visión femenina. Estamos convencidos de que una composición más equilibrada entre hombres y mujeres garantizaría una justicia constitucional más parecida a la que reclama la sociedad y más fiel a la Constitución. Existen conflictos constitucionales sobre temas sensibles en los que la perspectiva de la mujer es singularmente capaz de poner el foco en aspectos, lógicas o intereses que, sin dicha perspectiva, no serían contemplados en su cabal exactitud.
Estos días se están barajando nombres masculinos para la renovación que está sobre las mesas de Gobierno y CGPJ. Existe una inercia, un sesgo de género, que es el que explica que, pese a existir en la Universidad, en la abogacía, en la judicatura, y en el mundo del Derecho en general un protagonismo cada vez más parejo entre hombres y mujeres, la actual composición del Tribunal Constitucional resulte tan desequilibrada en la relación entre varones y mujeres.
Propugnamos, pues, superar una anomalía, y a tal fin hacemos un sincero llamamiento a quienes ahora tienen la responsabilidad de la selección y nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional, y en concreto al Gobierno y al CGPJ, para que, sin demérito alguno de la excelencia como juristas, y sin desatender otros aspectos como los ideológicos, los profesionales y los territoriales, ponderen la necesidad de una mayor presencia de mujeres en la justicia constitucional. Equilibrar progresivamente la presencia de hombres y mujeres debe ser una consigna en cada nombramiento que se hace imprescindible para una renovación justa e igualitaria del TC.