La primera novela de Beatrice Salvioni, La Malnacida, nos ha ocupado el Club de Lectura del pasado mes de abril.
Nos gustó el relato que, ubicado en la profunda Italia en 1936, nos llevó en volandas a la historia de dos amigas íntimas, de procedencia social opuesta, cuya relación se va construyendo en un entorno en donde la tragedia se anuncia desde la primera página.
Es cierto que nos recuerda a autoras maduras que han tratado historias de personajes femeninos en lucha contra un entorno particularmente duro para las mujeres. Pero también nos recuerda que la violencia está presente en todas las facetas de sus vidas, y que el contexto político es tan opresivo que apenas se puede pensar en algo más que la humillante interiorización de todos los estereotipos sexistas para, al menos, sobrevivir.
Sobrevivir, que no vivir. Porque desde el sangrante apodo de “Malnacida”, que marca la injusticia casual de la vida de Maddalena, hasta las, sí, causales y causadas injusticias que sigue sufriendo, y que la autora nos presenta en abierto contraste con la vida de su amiga Francesca, vamos absorbiendo un relato-grito contra la barbarie sexista, social y política en la base del poder fascista y, obviamente, machista y patriarcal en su manifestación de extrema coerción.
Las acompañamos en sus peripecias vitales, tan tempranas como duras, conocemos a sus familias, el barrio, sus opciones escasas… — en donde también es cierto que echamos en falta personajes más trabados — hasta, finalmente, reconfortarnos con un final a la altura del vínculo que fueron capaces de crear entre ambas, valientemente luchadoras, bellamente adolescentes, las dos contra el mundo.
En síntesis, una primera obra de una joven autora de la que esperamos un importante recorrido en el que nos siga contando historias de mujeres.